Llegamos al fin de esta entrevista con la escritora Eva García Sáenz, autora de La saga de los longevos, el libro que da origen a esta, la primera semana temática del blog. Conoceremos a continuación algunos aspectos de la obra, relacionados con la preparación de la trama y los personajes, y experiencias vividas por la autora durante la redacción de la novela.
2° parte
Comencemos esta segunda parte
hablando de los personajes de esta obra. ¿Te sientes identificada con alguno de
ellos? ¿Te basaste en algunos rasgos de tu personalidad para crear a Adriana, o
a Kyra?
Siempre he dicho que tengo más de Iago que de Adriana, pese al cambio
de género. Mucha gente tiende a identificar al autor con el protagonista más
parecido en edad y características, pero en mi caso, Adriana era el personaje
“toma de tierra”, la visión necesaria de cualquiera de nosotros si estuviera en
la tesitura de tener que creerse lo imposible: que puedan existir longevos
entre nosotros. Tanto el carácter de Adriana como sus rasgos, físicos y
psicológicos han sido creados por el método deductivo, al igual que el grueso
de los otros personajes. Respecto a Kyra, no tengo nada que ver con ella, de
hecho me resultaba un personaje incómodo hasta que descubrí el secreto que
guardaba Iago con respecto a ella, y eso fue lo que la redimió como personaje.
¿Algún personaje favorito?
Iago del Castillo, pese a que no
me inspiré en nadie para crearlo, su punto de vista longevo me ha servido mucho
en lo personal, y compartimos la misma estructura mental y la misma forma de
encarar los acontecimientos. A otros personajes puedo reprocharles su manera de
actuar, pero en el caso de Iago, en su tesitura yo habría hecho exactamente lo
mismo.
Los personajes están
claramente perfilados, y su psicología es muy interesante pues resultan
bastante complementarios, sin embargo la reacción del lector puede ser positiva
o negativa. En tu caso, ¿sentiste rabia o irritación hacia el actuar que estaba
tomando un personaje?
Me irritaba mucho la indolencia de un personaje tan grande y sabio como
Lür/Héctor del Castillo. Es el paradigma de persona sensata en todas las
facetas de su vida, pero que pasa por alto todos los errores de sus hijos, y
eso es injusto para sus víctimas.
¿Cómo surge la idea de hacer
a estos personajes seres longevos? ¿Cómo se te ocurrió tratar el tema de la
longevidad?
Surge de mi amor por la Prehistoria. Quería escribir una saga familiar,
la historia de cualquiera de nuestras familias, pero remontándome al
Paleolítico Superior. La única manera de no volver loco al lector con
genealogías interminables era mantener los mismos personajes principales, y la
única manera de que esto ocurriera era hacerlos longevos, aunque no los hice
inmortales porque no quería que la novela se me fuera al género fantástico. Es
más bien una ucronía, un “¿qué
pasaría si esta premisa- que varias personas de una misma familia tengan una poco
frecuente mutación genética que les impida envejecer a partir de los 30 años-,
del todo imposible, hubiera ocurrido en realidad?”
Si tuvieras que hablar de tu
novela a un lector que la desconoce, ¿cómo la describirías? ¿A qué lectores
recomendarías el libro?
Diría es la historia de los miembros de una misma familia desde hace
28.000 años hasta el presente, centrándose en los conflictos que arrastran y en
el choque con una persona del s. XXI que descubre su secreto.
En cuanto a quién lo recomendaría, debo reconocer que la mayor sorpresa
que me estoy llevando con la novela es que la horquilla de lectores a quienes
les está entusiasmando es mucho más amplia de lo que esperaba, y va desde
lectoras de 18 años hasta lectores de más de 70 años, y lo mismo ocurre con el
género, diría que es un 50% hombres y 50% mujeres. Como la novela es una mezcla
de géneros, yo creo que cada uno se queda con el que más le gusta: la novela
histórica, la historia de amor, la saga familiar o la revisión actualizada del
mito de los inmortales.
Adriana tiene un
“rinconcillo” en donde medita, lee, o simplemente se relaja. Cuando escribías,
¿lo hacías en un lugar determinado o donde surgiera la idea?
Fui muy metódica y siempre me obligaba escribir a partir de las 21.30h,
después de concluir mis obligaciones laborales y familiares, y así ocurrió todos
los días durante cuatro horas hasta la 1:30 de la madrugada, y luego me
levantaba a las 7:00 para volver a trabajar en la Universidad. Ese fue mi plan
durante tres años, así que escribía en mi casa. Como decía Hemingway, “la única
manera de terminar una novela es ponerte a escribir cuando lo último que te
apetece en esta vida es ponerte a escribir”.
De todos modos, siempre llevaba un cuaderno o el portátil encima, y si
se me ocurría cualquier diálogo, descripción o escena y tenía un minuto, me
ponía a escribir sin importarme donde estuviese. Respecto al rincón de Adriana,
“la lengua de roca”, realmente existe, pero no en Cantabria, sino en la
provincia de Alicante, en una cala bastante escondida pasado el pueblo costero
de Campello.
¿Cuéntanos, qué problemas
tuviste que sortear mientras redactabas la novela? ¿Bloqueos? ¿Pérdidas de
trama? ¿Cómo los superaste?
Lo complicado es continuar escribiendo a partir del segundo año, cuando
ya se te a pasado el arrebato creativo y la locura transitoria que te lleva a
iniciar un proyecto tan exigente como la escritura de una novela de 600 páginas
con una ingente cantidad de documentación histórica y científica. La única
manera de seguir es tener mucha autoexigencia y mucha fuerza de voluntad, tener
claro que estás renunciando a esos momentos de ocio y de descanso de los que todo el mundo disfruta, y en tu
caso, sin tener la mínima garantía de que tu novela no se va a quedar en el
cajón.
La historia de amor entre
Adriana y Iago es bastante particular, ¿podrías decirnos cuál es tu historia de
amor favorita que hayas encontrado en un libro?
Posiblemente la de Clauka, “La vieja sirena” de José Luis Sampedro y
Ahram, el comerciante interesado en el poder. En su caso, al igual que en el
caso de Dana y Iago, ambos son muy autónomos y no se necesitan. Me gustan mucho
las historias de amor que no hablan de carencias emocionales, sino que se trata
de personas que ya han madurado por libre y están juntos porque quieren
estarlo, y no porque les una ninguna dependencia. En el caso de los personajes
de “La saga de los longevos”, sabes que tanto Iago como Adriana seguirían
adelante el uno sin el otro, pero continúan juntos porque hay mucho amor,
atracción intelectual y física, compatibilidad en el trato diario… en resumen,
que están a gusto el uno con el otro.
El museo, evidentemente, es
una máscara para ocultar los verdaderos propósitos de La Vieja Familia. Ellos
deben cambiar de identidad y movilizarse periódicamente, por razones obvias,
¿cuál fue la mayor complejidad al trazar la historia de itinerarios que siguen
los personajes?
Hice decenas de tablas y líneas del tiempo de cada uno de los
personajes, tal vez lo más complicado fue encontrar nombres de culturas pasadas
que cuadrasen con cierto condicionante que aparece en la trama. El resto fue un
arduo trabajo de documentación, una vez que encontré las épocas históricas en
las que quería centrarme.
¿Cómo lo hacías para
documentarte, tanto histórica como científicamente? Uno de los puntos más
fuertes de la obra es la meticulosa documentación que muestra, supongo que el
periodo de lecturas de no ficción fue largo…
El primer año me dediqué solo a la documentación y a crear la premisa
dramática según el paradigma de Aristóteles: tres actos que describieran el
planteamiento, nudo y desenlace. Pero la documentación no cesó cuando comencé a
escribir las escenas el segundo año. Prácticamente todas las páginas tienen mil
detalles de los que necesité documentarme para hacerlo verosímil. No solo fue
la documentación histórica o científica, para la escena del parque Natural de
Cabárceno tenía que buscar qué árboles existen en ese hábitat. Para explicar de
dónde importa Jairo del Castillo los muebles de “El hombre de Java” me informé
de los contenedores que venían a puertos del Cantábrico desde Yakarta. No es
información que salga, pero está ahí y era necesario que yo la supiera para que
el libro no se viniera abajo.
No quiero adelantar nada del
final a los lectores pero, ¿tendremos una segunda parte? Supongo que es algo
que muchos de tus seguidores quieren oír…
Estimo que el 98% de los lectores que me escriben me piden que escriba
más entregas de “La saga de los longevos”, no porque la novela no sea
autoconclusiva, sino porque quieren ver más aventuras de los mismos personajes
en otras épocas históricas, o porque parece gustarles mi
estilo literario. Por mi parte, iré tomando decisiones según se vayan
presentando los acontecimientos.
Muchísimas gracias, Eva, por haber compartido tu tiempo con nosotros.
Mucho éxito en todos tus futuros proyectos, ¡esperamos ver nuevos trabajos con
tu nombre!
¡Muchísimas gracias, Eva, por haber compartido tu tiempo con nosotros! Espero sigas teniendo tanto éxito con tus futuros proyectos como el logrado con esta novela.
Tengo ganas de leer esta novela, que ya he leído algunas reseñas y tengo curiosidad. Parece maja la autora, por lo que cuenta en la entrevista.
ResponderEliminarUna entrevista muy completita. ¡Qué suerte poder charlar con ella!
ResponderEliminarGracias por tu entrada
Saludos
¡¡Buena entrevista!!!
ResponderEliminarParece interesante la saga
Besos
Con qué ganas me dejas de leer esta novela! Fantástica entrevista! Gracias por esta entrada.
ResponderEliminarBesotes!!!
Y ami que sigue sin llamarme.
ResponderEliminarPásate por mi blog
http://adivinaquienlee.blogspot.com.es/
Yo , me la voy a comprar ahora, la verdad es que tengo muchas ganas de leerla. Tiene muy buenas crirticas y ese tipo de trama me gusta.
ResponderEliminarsimplemente genial.espero la 2ª parte.
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